viernes, 14 de noviembre de 2014

La camara lucida


 Ensayo

Roland  Barthes nació en Cherburgo, Francia el 12 de noviembre de 1915, fue un filósofo, escritor, ensayista y semiólogo.
Para hablar de su libro “La cámara lucida” es necesario entender dos conceptos muy importantes en el desarrollo del libro que son:
 
  •  Studium: Es un valor o elemento que el fotógrafo le da a una imagen y depende de nuestra cultura, lo cual dota a la imagen de funciones.
  • Punctum: Es la interpretación del espectador ante una fotografía, cuando muestra un interés en la fotografía, cuando causa alguna emoción en él.
En otras palabras una fotografia con punctum no necesita ningun analisis, ni tampoco sigue norma alguna, es la sensacion que llega a provocar lo que la fotografia es. Se vuelve innomrable y en ocaciones de efecto retardado, ya que tiene la fotografia en tu memoria, hasta que tiene el sentimiento que te provoco la fotografia. Mietras que el studium es mas dependiente de un cotexto, ya que el artista es el provocador del sentimiento  y sabe lo que quiere decir y lo que quiere hacer ver, depende de una funcion. 

Después de aclarar esos dos conceptos, Barthes comienza su libro hablando sobre la especialidad de la fotografía en contraposición con el resto de las imágenes. Él dice que existe una relación entre la imagen y el contexto para poder comprender una fotografía que es inclasificable, y que es necesaria una reflexión para poder comprenderla.


Las emociones que un fotógrafo puede expresar son muy diferentes desde la intención de la fotógrafo, es como si le pidieras a muchas personas que tomara una fotografía de la vida, que es un tema bastante complicado, cada uno de ellos tendría una forma diferente de evocar ese mismo tema.
La fotografía se puede multireproducir, y puede recrear algo que sucedió solo una vez. Por ello la intención del fotógrafo es muy importante. 
Según Barthes la fotografía es objeto de la intención del fotógrafo, la  del receptor y la de que es fotografiado. Por lo que el mismo expresa su incomodidad frente a ser fotografiado, ya que dice que el frente a una cámara no logra reconocerse. Esto da lugar al hehco de que un mismo retrato es visto de diferentes puntos de vista, lo que el fotografiado cree ser, lo que quisiera ser, lo que el fotógrafo cree es y de lo que el fotógrafo utiliza.

 “Mi vida privada no es más que esa zona del espacio y el tiempo en que no soy una imagen”.

Barthes determina que la fotografía es un arte poco seguro, debido al desorden de emociones que en él provoca, y también una aventura.
Roland dice que la fotografía nace de la pintura y que el pictorialismo no es más que una exageración de la realidad, además que la considera muy cercana al teatro, como si fuera un cuadro viviente, por esta capacidad de reflejar, evocar, crear atmosferas y demostrar sensaciones y contrastantes, llenas de teatralidad y dramatismo. 

Ya que tenemos una cercanía con la muerte y con el poder tener eternamente a nuestros seres queridos. Tal vez inconscientemente pero muchas veces queremos seguir viendo a las personas después de su muerte y la fotografía nos da esa posibilidad un que sea solo una ilusión.
La fotografía nos permite cerrar los ojos y volverlos a abrir y que la imagen que ocurrió, esa persona o el momento, se congele. 

Un ejemplo son las fotografías de fallecidos, que son totalmente falsas por lo que dice Roland. La naturaleza de la fotografía es el “noema” del “esto ha sido”, por lo que “ya no es”. Esta noción de la vida y el gran problema que tenemos con la muerte se ven estrechamente relacionadas en una fotografía. Ya que para que algo haya podido sero fotografiado, debió de haber existido, pero esto no garantiza la existencia de “eso” después de la fotografía.
Es más como un ente, la existencia de la fotografía, puedes ver lo que era, tienes una relación pero realmente no es el objeto.

El fotógrafo debe desafiar las leyes de lo probable, de lo posible y de lo interesante para que no se pierda la capacidad de sorprender de la fotografía. Pero esta característica es referente a todas las fotografías, como retrato, fotodocumental, paisajismo en el cual dice que el lugar fotografía no tiene que ser visitable, sino habitable.

Barthes abre un nuevo paradigma de lo posible, o lo que debería ser una fotografía, desafiando todo lo cuestionable, nos invita a no solo realizar una fotografía, como una tarea cotidiana, sino que con ella causemos, demostremos, o saquemos a alguien de sus zapatos, y le hagamos ver más allá de lo que el creía.

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